Cuanto más pedimos a nuestros dispositivos inteligentes que hagan, más energía necesita para hacerlo y más rápido agotan sus baterías.
La forma en que se diseña un programa de software afecta directamente la cantidad de energía necesaria para ejecutarlo, aunque pocos cursos de pregrado enseñan a los estudiantes sobre esta relación. En un mundo que se calienta rápidamente, en el que soñamos grandes sueños sobre todas las formas en que la inteligencia artificial y la computación de alto rendimiento mejorarán nuestra vida, es imperativo que se programen software de energía optimizada. Los estudiantes no podrán hacerlo si no se les enseña cómo.